Es curioso como en apenas cinco páginas se puede describir lo esencial de la poética del siglo XX. Lo hace Allan Ginsberg en «Meditación y poéticas», escrito según la firma en el invierno de 1987. Es uno de los textos que forman parte de la extraordinaria compilación «esencial» publicada por Anagrama Compendium, sobre una anterior de Harper de 2015.

Reescribo algunos de los fragmentos:

«Los auténticos practicantes de la poesía son practicantes también de la conciencia mental, practicantes de la realidad que expresan su fascinación por un universo fenoménico e intentan penetrar su esencia».

«Las obras más importantes del arte del siglo XX son sondeos de la conciencia, experimentos concretos con la memoria o la mente, experimentos con la lengua y el discurso, experimentos con las formas».

Es impresionante la conexión que así se establece entre la Generación Beat -Ginsberg, Burroughs, Kerouac-  y el legado de Baudelaire / Rimbaud.  Sobre todo porque Ginsberg la confiesa abiertamente:

«Kerouac y yo, siguiendo los pasos de Arthur Rimbaud y Baudelaire, nuestros bisabuelos entre los filósofos y los poetas herméticos, experimentamos de un modo ingenuo con lo que pensamos que era la «nueva realidad», o la «realidad suprema»… «Aquella expresión de la «nueva conciencia» ya circulaba entre la Generación Beat, era nuestro lema poético a comienzos de los años cincuenta. La intención concreta de la poesía de aquella década era la exploración de la conciencia, y esa es la razón por la que nos interesaba la psicodelia y el resto de sustancias que hacían que se manifestara nuestro interior.»

 

 

 

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