Introducción

Si efectuáramos una encuesta para establecer cuál es el deseo secreto, la ambición oculta o el sueño imposible más extendidos, es muy probable que el resultado se formulara en dos palabras: ser invisible. ¡Poderse pasear por los vestuarios del sexo opuesto, mangar en los grandes almacenes, cotillear conversaciones, poner zancadillas, dar collejas, todo ello sin ser visto! ¡Colarse en el cine, cambiarle las cosas de sitio a nuestros seres odiados, esfumarse a la hora de pagar las copas! ¡Dios, no tener que dar explicaciones a los porteros de discoteca! Pues bien, quizas muchos de vosotros os sorprendáis al saber que, siguiendo determinados procedimientos técnicos, la invisibilidad está al alcance de todos.

Es más: es posible que ahora mismo tengas cerca a alguien invisible que disfrute leyendo estas líneas por encima de tu hombro, o haciendo ruidos raros en la cocina. No te alarmes: hemos dicho posible, y no probable. Son pocos quienes, en la actualidad, dominan plenamente El limpio Arte de la Invisibilidad. Aumentar este número y conseguir mejorar la calidad de vida de sus lectores es el desinteresado objetivo de esta obra.

La práctica de la invisibilidad, con las debidas precauciones, es absolutamente inocua; no produce efectos secundarios ni altera las funciones vitales. Hay ciertos estudios, incluso, que la relacionan con una mejora general del rendimiento sexual y de la vida profesional. Así que… ¡ánimo! Presta atención, motívate pensando lo que puedes llegar a hacer y… ¡disponte a entrar en el selecto club de los imperceptibles, de los volátiles, de quienes pueden ir por la vida como si no estuvieran!

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