¿Esperas quizás que tu silencio

se vaya a prolongar en una nueva

versión de humanidad? ¿De veras crees

en una disciplina de distancia

capaz de conducirnos a un encuentro?

Reconoce tus delirios: todo tu tesoro

son. Pero no quieras también usurpar

el brillo que la noche ha concedido

a quienes su persistente tiniebla

niegan. Junto a ellos, en la blanca

taberna del futuro, escucha

el latir ceniciento de tus pasos,

casi ya perdidos en la indiferente

transparencia que tu ánimo les dicta.

Dí, ¿de veras crees que el universo

sus leyes va a rendir a tu capricho?

¿Que será suficiente tu callado

dolor para evadirte del olvido?

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