No sé si habéis visto el «anuncio» (qué antiguo suena, verdad?) en la «tele» de Movistar sobre su fusión con Canal Plus. Es como una cosa de movimientos telúricos y cósmicos en los que los continentes del entretenimiento chocan afortunadamente. Con planos áereos espectaculares, muy «señor de los anillos», muy molón. Una gran producción audiovisual, sin duda. Ahora bien: Milonga. En mi caso, prefiero que dediquen los carísimos segundos de producción y emisión a explicarme, lisa y llanamente, qué ventajas me aporta esa fusión «cósmica». No es que no me interese la tectónica de placas, que sí, y mucho, pero detesto que crean que soy tonto. Yo no compro movimientos cósmicos; simplemente soy suscriptor de Canal Plus y me gustaría recibir información precisa sobre lo que supone para mí esa fusión. Esta pequeña anécdota publicitaria es además ilustrativa del «milonguismo» general mediático, político e incluso terrorista (véase artículo de @lesacajavier hoy en El Mundo). Señoras y señores, una gran parte de nuestros proveedores, políticos, dirigentes, vendedores y medios de comunicación sencillamente piensan que somos tontos, o, en el mejor de los casos, menores de edad.

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One Response to Milongas

  1. Gregorio Rivas dice:

    Al consumidor de la nueva era ya no se le llama así, se prefieren términos como individuo, ciudadano,… persona. Así se intenta expresar que, en comunicación, lo importante para una marca no es tanto la compra o la repetición hacia la fidelidad, sino pasar a ser parte bienvenida de su día a día por proximidad. Hasta ahí la pretensión que se declara, ¿qué hay de la práctica?

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