Hace algunos años causó polémica la investigación militar sobre bombas biológicas selectivas por ADN. Con razón, claro. Al parecer, se investigaban armas biológicas (virus, vaya) capaces de seleccionar a sus víctimas en función del ADN. 

El uso de armas biológicas es tan antiguo como el andar con un pasito primero y otro después:  http://www.dmae.upm.es/cienciaficcion/ESPECULACION/3/index.htm

Cuando uno ve ciertas noticias recientes se pregunta si tendría sentido seguir investigando dicha vía, pero no por el lado del ADN, sino por el proteínico, y suponiendo que el fanatismo fuera  producto de una determinada combinación de proteínas.

Un fanático utiliza un cuchillo -arma tecnológica que hace unos cuantos milenios era «top»- para cortarle el cuello a un prójimo. Cuando necesita cortar muchos cuellos a la vez se junta con sus similares y trabajan uno a uno. Si dispusieran de un virus para decapitar por contagio, lo utilizarían.

¿Y tú? Si tuvieras un tubo de ensayo con un virus cuya propagación asegurara la fumigación de todos los fanáticos del mundo, ¿lo abrirías?

 

 

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