Buzzwords

Tengo una idea que vale miles de millones de dólares. Y sin embargo la voy a contar en este post. ¿Por qué? Porque no busco un business angel para uno de mis proyectos, sino un life angel para mi vida. La idea que voy a contar, surgida en una grata conversación cervecera con mi amigo Bill Eldridge -que espero que no se enfade- puede hacer inmensamente rico a quien la desarrolle y aplique. Yo sólo quiero demostrar que si algún life angel se decide a financiar mi vida (y no pido mucho: 25.000 euros al mes libres de impuestos, mas gastos de manutención y cerveza, mas una casa con jardín en Pedregalejo (Málaga), otra en Miraflores de la Sierra, otra en Arturo Soria y otra en Gredos), si alguien decide financiar mi vida puede ganar muchísimo más que quien decida plagiar la idea que voy a contar.

La idea se llama Buzzwords, y es un juego. Consiste básicamente en aplicar software de reconocimiento de voz a cualquier evento de la vida. Puede hacerse seguramente mediante una sencilla app tipo Shazaam. Buzzwords es una app que te descargas y cuando la inicias transcribe a texto lo que oye, ¿ok?

Bien, a partir de la transcripción Buzzwords establece frecuencia de aparición de palabras clave. Descartemos las vacías (preposiciones, artículos…) y descartemos también los nombres propios. Buscamos «buzzwords»: palabras de moda que dice la gente para parecer modernos, informados, inteligentes, en la onda.

Por ejemplo, si activáramos Buzzwords en un telediario nos daría la nube de etiquetas o palabras clave más repetidas: probablemente «igualdad, derecho, autodeterminación, solidaridad, violencia machista…»

La particularidad de Buzzwords es que conecta con un módulo de apuestas online, de manera que los jugadores pueden apostar a cuál será la palabra más repetida en el evento, o la combinación de ellas. De la misma manera que en un partido de fútbol se puede apostar no sólo al resultado final, sino al número de faltas, tiempo de posesión de balón o mil variantes más, en Buzzwords se puede apostar de diversas formas, en tiempo real.

Claro, un telediario tiene poco interés. Pero empezad a pensar en posibles aplicaciones en otros entornos. Un congreso de social media, por ejemplo. ¿Qué palabra ganará? ¿»participación», «compromiso», «interacción»? Un congreso de comunicación corporativa: ¿»transparencia», «ética», «escucha»? La comida de los domingos con la familia política: ¿»capullo», «inútil», «santo»? Una sesión de control del congreso de los diputados: ¿»españa», «estado», «unidad», «diversidad»?

En definitiva, Buzzwords es un gran negocio porque convierte en entretenidos eventos insoportables. Es como el «Bingo del Marketing», comentado por Mario Tascón; un juego en el que los asistentes a jornadas de conferencias, ponencias, gurusismo y ferias del ramo reciben a la entrada un cartón que en vez de números contiene los tópicos más frecuentes: «Hay que fracasar mucho»; «Lo importante es ser escalables»; «Si no haces lo que te gusta nunca tendrás éxito», etc. etc. etc…. Durante el evento se van marcando y cantando lineas y cartones, ¡y puedes ganar fabulosos premios!

Buzzwords puede jugarse, por tanto, en pequeños eventos familiares o en grandes congresos; en retransmisiones breves o en sesiones maratonianas. Incluso puede contemplarse una variante global, el «Mega Buzzword», en el que cada día jugadores de todo el planeta apuesten a cuáles van a ser las palabras más dichas en el mundo. Entendiendo por mundo los medios online, los programas de tele transcritos por reconocimiento de voz, e incluso las redes sociales y las mensajerías personales convenientemente monitorizadas por los servicios de espionaje tipo NSA y sus compinches.

Al igual que ocurre con las apuestas online de fútbol, surgirán los tramposos. Habrá mafias que paguen a grupos editoriales -en el caso del Mega Buzzword- o a ponentes de última hora -en el caso de congresos corporativos- para que gane la carrera una palabra de última hora imprevista. Mucha gente ganará mucho dinero. Entonces, quizás, Buzzwords será declarado ilegal, porque los gobiernos se darán cuenta de que a la gente ya no le importa lo que digan ni las milongas que cuenten, sino únicamente que digan la palabra de su apuesta el suficiente número de veces para que ganen.

Mola, ¿eh?

Si tienes interés en financiar mi vida y escuchar en exclusiva cientos de ideas como esta, contacta en el formulario a pie de página. Los metros cuadrados de las casas son negociables.