El quinto elemento

¿Habéis visto «El Quinto Elemento»? Es una peli

de Luc Besson, con Bruce Willis y Mila Jovovich.

Trata de que por lo visto cada chiquicientos mil años

los extraterrestres vienen a la Tierra para supervisar

si todo va como ellos quieren, ya que ellos según la peli crearon la vida.

Entonces, cuando vienen tienen que conjugarse los 5 elementos

básicos: agua, tierra, aire, fuego,

y

amor.

El amor es el quinto elemento.

Sin él los otros cuatro no sirven pa ná.

Esto se ve muy claramente en el final de la peli,

cuando la nave de los marcianos malos está a punto de aniquilar

lo todo, pero entonces Bruce Willis

le da un beso a Mila Jovovich, en los labios, muy sentido,

y además diciéndola que la quiere, y entonces

sale un rayo de luz de la garganta de ella, que atraviesa

la nave marciana, la destruye, y la peli acaba bien.

En serio, si no la habéis visto, verla. Mola.

Producción exquisita, basada en ideas de Moebius (Jean Giraud),

y con diseño de vestuario de Jean Paul (Gaultier).

Ayer estaba yo en la calle Sagasta, cerca del metro

Bilbao, en Madrid. No sé si sabéis dónde es, da igual, bueno,

no es que sea un punto interestelar así como de la hostia,

ni mucho menos.

Es una calle normal y corriente. Tiene un bar,

eso sí,

que se llama «Casa de Vinos». ¡Fijaos

qué nombre tan bonito para un bar: «Casa de Vinos»!

¿Verdad que no hay que complicarse

mucho las cosas a la hora de poner nombres

a las cosas? Bueno, pues este bar

da al Oeste. Así que hacia las seis más o menos

los rayos de sol otoñales primaverales estivales invernales de Madrid

dan sobre su barra de aluminio, en el charco donde se lavan los vasos,

y si hay suerte dan también en los ojos de quien se ponga

mirando a la puerta. Ayer fui yo.

Miraba a la puerta, y veía

pasar multitud de gente por la calle.

Era como estar en una isla

desierta y ver tiburones desesperados trazando círculos

alrededor. Bueno, no tanto, pero era

bonito. El sol

daba de lleno

sobre la barra de aluminio. Tierra,

aire, agua y fuego.