La segunda parte de la Égloga 1  de Garcilaso de la Vega es una verdadera caja de resonancia donde se cruzan las mejores voces de la poesía hispánica -o románica- de todos los tiempos.  Aquí tienes el texto original; la lectura corresponde a una selección de la segunda parte.

El motivo literario es el llanto del poeta por la muerte de la amada (muerta en trance de parto, y de ahí las invocaciones y reproches a Lucina, diosa romana del parto, en las estrofas finales). En este aspecto, el eco de Jorge Manrique es evidente e importante; y anticipa a Góngora  («en tierra, en polvo, en humo, en sombra, en nada»).

El escenario, un prado pastoril donde el poeta solía reunirse con su amante, Elisa. 

La lectura del poema es imperfecta, claro. Uno no es Fernán Gómez ni muchísimo menos Roberto Benigni. Eso sí, recomiendo a todos los que gusten del escalofrío al escuchar simplemente palabras escritas hace cientos de años que no dejen de ver y escuchar a Benigini recitando el Canto 5 de la Divina Comedia. 

También conviene recordar que la segunda parte de la Egloga 1 de Garcilaso dió título a una de las películas más sentidas del gran Carlos Saura: «Elisa, Vida Mía»

 

 

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