Vidas paralelas, sin duda: dos emperadores de la cultura de su tiempo, dos exiliados, desterrados y encarcelados. Ambos conocieron la gloria máxima y el olvido más profundo: Publio Ovidio Nasón y Oscar Wilde.

En la cúspide de su poder momentáneo, los dos deslumbraron a sus contemporáneos con poemas brillantes, dramas ingeniosos y cuentos enternecedores.

Pero ambos cometieron el mismo error: creer que la excelencia del ingenio puede desafiar al Poder con mayúsculas.

Ovidio lo pagó con un destierro eterno en el Ponto Euxino: quien había sido máximo ídolo de la moda y la frivolidad del más sofisticado imperio que jamás ha habido terminó sus días en un pantanal de los Balcanes.

Wilde, que desafió con el proceso de Albert Douglas a la impenetrable moral victoriana y burguesa, murió en la indigencia en París, repudiado por sus hijos, y tras años de carcel en Reading.

«Find yourself a jail. Only prisoners can sing», escribió Hermann Brood en una canción.

Ovidio, que brilló con una luz sólo igualada por la Biblia (su Arte de Amar fue el libro más «vendido» o divulgado durante siglos, con un alcance solo inferior a las Sagradas Escrituras), escribió desde el destierro sus Tristia, cantos de una profundidad nostálgica y vital raramente alcanzada.

Wilde, que hizo reír a la burguesía universal con sus comedias teatrales, nos ha dejado en la «Balada de la Cárcel de Reading» un testimonio abrumador del dolor proporcionalmente inverso a su triunfo social.

Ambos, hoy, nos miran desde la superioridad moral de la integridad, y el orgullo -comparable a Ausias March- tan bien expresado en estos versos finales de Ovidio:

«Heme aquí, aunque privado de mi patria, de vosotros y de mi casa,
y aunque se me ha arrebatado todo cuanto quitarme se pudo,
sigo acompañado, sin embargo, de mi ingenio y de él disfruto;
ningún derecho pudo el César tener sobre él. (Ov. Tr. iii 7 45-48)»

Recomendando este artículo: http://www.tendencias21.net/clasico/OVIDIO-MAS-QUE-UN-POETA-Y-UN-EXILIO_a38.html, nos quitamos el sombrero ante ambos y los declaramos hermanados poetas universales del amor, hetero, homo, qué mas da!

 

 

 

 

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