El tiempo es viento, y la memoria arena.

Grano a grano se desmoronan las pirámides, deconstruídas por el viento.

La tierra pertenece al viento, dijo

el presidente, y es quizás lo más cierto de todo lo que dijo.

Brisa a brisa, gota a gota se desmoronan los imperios,

y las eras, y todo lo que en el mundo es algo, tocado por el viento.

Contra el viento no hay refugio. Soplará, y soplará,

y caerán los muros más altos, y todo lo que era eterno

sucumbirá s su poder contínuo, a su silbido suave.

Solo una cosa sobrevivirá: el momento en el que el viento

se transforma en música, en canto, en alegría. Las emociones son inaccesibles

a la erosión. Atesora tesoros en el corazón, donde el viento no llega.

Transforma el tiempo en sonrisas, y vivirás para siempre.

 

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