Olor a cajones viejos llenos de polvo

Cristales rotos desparramados

Pis de gato, plantas podridas hace siglos

Humedad, cal, abandono, poesía

Perfume de verano que se atreve

A lanzarme sus redes desde una casa

Vieja y oscura en un rincón del barrio

Olor de casas viejas, perfume de la infancia.

En un solo recuerdo me veo recorriendo

La casa abandonada de Pedregalejo

Sobrecogido por el misterio, agarrado

A la mano dulce de una novia de cuyo nombre

Quisiera acordarme, pero no puedo.

Olor de casas viejas, madera fósil,

Fotos amarillas, oxígeno detenido,

Cien años de soledad y un segundo de alegría

Mucho mayor al recordar

Lo que ví, lo que viví y lo que quise.

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