Hay una analogía muy simpática entre Vargas Llosa y Paul McCartney. Los dos eran «malos» por antagonistas de la Izquierda Mundial y Lennon. Ambos se defienden solo con sus obras: no se escudan en movimientos ideológicos. No necesitan propaganda. Sólo hacen buena literatura y buena música. Los que no están a su altura necesitan hacer revoluciones para venderse. Vargas y McCartney no.

 

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