Todo lo que los vicios tienen de gracioso lo tienen por ser descarados. La invisibilidad puede aportar cierta ayuda en el desarrollo de las virtudes cívicas, que son las que de verdad da vergüenza ejecutar. Pero, ¿los vicios? ¡Son para enorgullecerse de ellos, para desarrollarlos y presumir de su ejercicio, para lucirlos como brillantes y exclusivos pins en la solapa del espíritu !

Veamos algunas particularidades de la viciosidad Invisible:

a) El alcohol: Si citamos en primer lugar este modesto y extendido vicio -cuando hay tantos mucho más modernos y sofisticados, muchos más contemporáneos en el estricto sentido del término- es porque, a pesar de todo, sigue siendo un auténtico number 1 en el ranking de las preferencias nacionales e internacionales. Desde ahora mismo tienes que saber, selecto Practicante, que cuentas con todos nuestros beneplácitos si decides utilizar tus poderes para dar rienda suelta a este tan vituperado cuanto inocente viciejo obviando las odiosas limitaciones que la avaricia recaudatoria del estado moderno, en forma de impuestos, se empeña en imponerle. En una palabra: no te cortes ni un pelo a la hora de inmaterializarte para irte sin pagar de bares peseteros en los que la simple caña de cerveza valga más de un euro setenta. Uno se puede permitir cierta transigencia, y por lo tanto pagar, en las tradicionales tascas de barrio en las que a todas luces el dueño vive -o malvive- del negocio. Pero ¿en los locales usureros en los que un par de muchachas mal teñidas enseñan sus escotes premeditados con ánimo de convencernos de que el garrafón que nos han servido vale la enormidad que quieren colar como cuenta? ¡Nunca jamás, de verdad, jamás en la vida ! No dudes en desmaterializarte echando leches y dejar al dueño, a la niña y al portero con un palmo de narices. Eso sí, asegúrate antes de que tu Invisibilidad es plena y no repitas muchas veces el truco en el mismo local. Ten en cuenta que tras la publicación de esta Obra aumentará el número de Practicantes y Conocedores del Limpio Arte, por lo que será más fácil ver plumeros. Pero bueno, unas cuantas desapariciones a tiempo servirán para bajar los humos a los careros, garrafoneros y demás calaña.

b) El tabaco: La invisibilidad aplicada al humo debe ser contemplada con dos ángulos diferentes según a) que tú fumes, b) o no. En el primero de los casos, ten en cuenta que la práctica del Arte no es en absoluto incompatible con el tabaco. Incluso en el momento de la transmutación, creando a nuestro alrededor una nubecilla camuflatoria muy oportuna. Ahora bien, si fumas en estado inmaterial obviamente se verá humo salir de una fuente invisible en el banco de la calle o la butaca del cine donde te hayas colado. No tiene mucho sentido hacerse Invisible para que a uno le descubran por su rastro de humo, ¿no ?

En el caso b) : si fumas pero no en realidad porque te guste, sino porque sí, sin razón verdadera, por inercia, porque no eres capaz de negarte a un cigarrillo, por falta de fuerza de voluntad, te proponemos, primeramente, una reflexión: no hay absolutamente nada reprochable en el hecho de no tener fuerza de voluntad. Esta pseudocualidad no es más que una malhadada interiorización de conceptos hace tiempo caídos en el descrédito general -disciplina, obediencia, seriedad…- que buscan refugio en las conciencias más débiles, expulsados de la colectividad por la justa ira de la historia. No hay nada malo en tener un carácter débil. Es una forma de ser como otra cualquiera, un poco más imprevisible, eso sí, pero por lo mismo más misteriosa, más sorprendente. Abandonarse a los impulsos, sugerencias o tentaciones que el entorno nos ofrece inocentemente es una forma de decidir como otra cualquiera, en la que se delega a la pereza la autoridad máxima. Te recomendamos eliminar el componente angustioso de tu personalidad : ésa es la verdadera losa que te oprime, el policía interior que ha establecido mugriento despacho en tu corazón.

(Nota a la segunda edición : el Autor Invisible quiere dejar constancia de que el humo del tabaco daña gravemente la salud de los fumadores, y de que las autoridades sanitarias no recomiendan ingestas superiores a una o dos copas de vino diarias. A ver si ahora me van a buscar un lío).

c) Las máquinas tragaperras. Si alguien consigue gracias a la Invisiblidad enterarse cómo demonios hacen los chinos para ganar siempre en las tragaperras, hágalo saber mediante la oportuna comunicación al Correo Invisible. Resolverá uno de los enigmas culturales más flagrantes de nuestro tiempo.

d) Otros vicios. La Invisibilidad aporta Conocimiento, y por tanto Autoridad. La Autoridad implica Poder, así que Puedes hacer lo que quieras cuando seas Invisible, siempre y cuando no molestes, lesiones, dañes o entristezcas a prójimos inocentes.

 

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