Nos encontramos inmersos

en el mar ceniciento de los trenes

suburbanos, en la ciega corriente

de sueño y neblina que arrastra

las almas, día a día, en la ciudad.

Aquí tu belleza brilla decidida,

y al encontrar mi amor se genera

un círculo de luz que nos mantiene vivos,

halo de esperanza que filtra el aire

triste. ¿Podríamos vivir en la orilla

turbulenta y bellísima que veo

ahora, hojeando revistas en las que el mundo

es de arañas, gacelas, tigres, bosques,

coral, volcanes, arrecifes,

podríamos vivir allí? ¿Escucharíamos

la voz y el contenido oculto

aquí bajo el rumor del tráfico?

Sólo sé que quiero tentar

tus hombros y trazar mi sueño,

quizás en el edén publicitario

del Pacífico, o en una buhardilla

de Entrevías. El único mensaje

claro, hasta el momento, eres tú.

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