Dicen, corazón, que los malos sueños

tocados por el verbo ven disuelta

su trama de tiniebla, y su conjura:

deshecha en otra voz sus amenazas.

Así que no les temas: su secreto

poder sobre el silencio se eleva.

La fuente que los crea los ahoga,

pues igual que las hojas y el deseo

del árbol en el alba recuperan

un aire enrarecido, y a la noche

reintegran la claridad más limpia,

las frágiles palabras, en la dulce

soledad, se aquietan y disponen

la cita con tu voz, la madrugada

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Indice de primeros versos