¿Chantaje online?

Vaya timo… Cobrar por darse de baja. Hace tiempo me dí de alta en Ashley Madison -el portal de citas en el que se supone que miles de mujeres ardientes buscan aventuras fabulosas- para curiosear. La verdad es que hicieron una buena campaña publicitaria en su momento. Lo presentaban incluso como una cosa de «liberación» femenina, como la liberación digital del adulterio. Enhorabuena, desde luego, a los diseñadores de la campaña de comunicación, porque por un momento llegué a pensar que tenía algo que ver con eso. A ver, no es que yo sea activista pro-adulterio, ni mucho menos, pero en fin, sociológicamente parecía tener gracia.

El caso es que me canso de recibir notificaciones de «nuevas mujeres ardientes» que esperan mi contacto (naturalmente previo pago de un insignificante crédito virtual) y pienso que ya es el momento de darse de baja. Entonces, y este es el verdadero sentido de este post, se me ofrece una pantalla en la que se me brinda la oportunidad de «borrar todo rastro de mi registro» en Ashley Madison por un nuevo módico pago de 20 euros o así, o bien elegir la opción gratuíta de «dejar de recibir notificaciones».

Esta es la cuestión: ¿tiene derecho una empresa, sea de lo que sea, a cobrar por la baja definitiva y borrado de todos los datos de sus usuarios cuando éstos lo soliciten? Juraría que no. Si alguien que leais esto tenéis info jurídica sólida sobre el asunto me decís, ¿ok? Sobre todo porque lo de cobrar por «borrar el rastro» suena demasiado sucia y llanamente a chantaje online.